Fotografiar recién nacidos es una de las mejores experiencias que he vivido desde que comencé hace más de 15 años.
No es un trabajo normal en el que llegas, tienes a tu modelo y le puedes pedir que haga esto o aquello, es aún más complicado que fotografiar niños, pero es una experiencia que repetiría cada día.
¿Lo más importante? ¡Disfrutar del momento! Es imposible obligar a un bebé a hacer una pose o un gesto, por eso cada sesión fluye diferente a la anterior y eso es lo más divertido.
Esta foto es sólo una muestra de la paz y la tranquilidad que nos dio Nora el día de su sesión, el resto lo tendrán muy pronto en el blog.